"Chicas, chistes y risitas."
Ésta fue la receta del editor Robert Harrison para servir la pin-up norteamericana al varón de EE UU.
En los años 1950 sus revistas masculinas se vendieron por millones, antes de convertirse en iconos de la cultura basura y pulp.
Estas chicas hábilmente ilustradas con sus formas curvilíneas y lencería sugerente pronto superaron al postre nacional estadounidense en términos de popularidad e incluso desarrollaron un potencial considerable como exportación cultural durante los años 1940. "Nunca muestres todo" fue siempre el lema. Sonriendo preciosas a la cámara, las modelos rebosaban la cantidad justa de atractivo sexual, sin parecer demasiado sofisticadas o avispadas. Eran las 'chicas de al lado', cuyo encanto sano pronto le hacía olvidar a uno la presentación deliberadamente barata de las revistas. Sus cutis rosados y atractivos inocentes todavía arrebatan, incluso en una época cuando la norma es el material mucho más gráfico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario